domingo, 1 de diciembre de 2013

48H OpenHouse BCN: Hotel Mandarín Oriental

Disculpad el anacronismo de esta entrada, pero lo cierto es que, por razones de trabajo, me ha sido imposible hacerla antes. Ésta fue la última visita que hice en esta edición del Open House, y tanto como ha costado colocarla en el blog, me costó a mí entrar en el hotel: nada menos que casi 3 horas de cola.


Y me pregunto: ¿vale la pena esperar 3 horas para una visita de 20 minutos a un hotel? ¿Es necesario tener que hacer estas colas? ¿Se podría hacer de otra manera? Ahí dejo mis preguntas por si alguien quiere responderlas. Al parecer, todos los años ha ocurrido lo mismo, los voluntarios lo sabían, y por eso también acudieron en masa a este lugar, para entrar directamente sin hacer cola, ralentizando aún más la visita. Es curioso que, en otros puntos (y en otras ediciones), nos tomaran el nombre para que así no tuviéramos que estar de pie haciendo cola, pero aquí no ocurría lo mismo. Quizás el que propongo no sea el método perfecto, pero el de la cola me parece primitivo e innecesario. Espero que este comentario sirva para mejorar las próximas ediciones, pues, a pesar de la cola, mereció la pena.
El hotel Mandarín Oriental de Barcelona está situado en pleno Paseo de Gracia..


Curiosamente, por segunda vez en esta edición, he tenido la oportunidad de visitar un edificio en el que podemos ver al dios Hermes. En este caso sobre la misma entrada. De hecho, antes existía aquí una de las sucursales del Banco Santander Central Hispano, por lo que su presencia estaba entonces justificada.

Más información en: "La Barcelona d'Hermes"
pags:132-135

Lo primero que sorprende al entrar es que no se accede directamente al hall, si no que la recepción se encuentra entre dos plantas y está comunicada con la calle por una espectacular rampa que pasa por un patio de luces, no menos increíble.





Fotografía que se ha repetido hasta la saciedad, por lo que cuando lo observas te da la sensación de que ya has estado ahí antes. Sin embargo, se trata de un hotel exclusivo, por lo que es muy difícil que alguien se olvide de que ha estado aquí alojado con anterioridad.
La recepción no es muy grande, e incluso los techos son bajos, pero una serie de ingeniosos efectos ópticos, como los reflejos en el techo o los sillones bajos, hacen que parezca mucho más alto de lo que es.


Los tonos blancos, los cristales y los troquelados también dan sensación de espacio abierto. Esta impresión es máxima cuando pasamos sobre el salón restaurante Blanc, donde los clientes disfrutan de unos momentos de relax, escuchando música de piano y permaneciendo convenientemente protegidos de las miradas por las cortinas troqueladas. Y es que, si algo caracteriza a esta cadena de hoteles es el servicio, siendo la proporción de trabajadores respecto a clientes muy alta, de forma que puedan llegar a conocerlo y complacer sus demandas.


De ahí pasamos a uno de los bares que han aprovechado las cajas fuerte para decorar paredes y techos, recordando su pasado financiero.




De ahí fuimos al interior de la manzana donde han aprovechado el espacio para crear un jardín muy tranquilo.


Según nos explicaron, las baldosas las habían elaborado los mismos que fabricaron las tejas del mercado de Santa Caterina.
Finalmente visitamos el restaurante Moments que ese día no estaba en funcionamiento, y donde, una vez más, podíamos ver como todos los detalles se cuidaban hasta el extremo.


Una vez salimos a la calle fue como despertar de un sueño. Por unos momentos habíamos llegado a pensar que éramos clientes del hotel. La realidad nos golpeó la cara al ver que no éramos más que otros de los muchos que habían tenido que hacer horas de cola solo para estar un rato dentro del hotel.
Con esta entrada doy por finalizada la edición del 2013 del 48H Open House BCN. Espero que el año que viene sea aún mejor.

2 comentarios:

  1. Que chulada de edificio. Y sí, estoy de acuerdo en que las colas son cosas muy antiguas, no sé como no lo superamos ya, todos son un smartphone en el bolsillo y métodos como este no casan :P

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    1. Pues sí, menos mal que luego en el interior, viendo todo lo que vimos y nos explicaron, nos hizo olvidar la mañana perdida fuera. El hotel es increíblemente bonito. Que suerte poder pagarse una noche o dos y poder estar disfrutando de todas sus comodidades, pero como he mencionado en la entrada, luego tocaba salir y entonces te sobrevenía una sensación extraña, como de abandono. Volví a mirar atrás y pude ver la fachada y toda la gente que aún le quedaban unas horas para entrar y pensé, quien sabe...
      Un saludo Cyllan

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