Lo primero que nos llamó la atención, solo llegar al aeropuerto de Arlanda, fueron las cabinas para fumadores.
Está claro que no se puede ser fumador y claustrofóbico a la vez.
Una vez en la ciudad nos fijamos mucho en los escaparates de las tiendas, algo que le encanta a Ángeles, no tanto por lo que se vende ahí, si no por cómo lo exponen. Hicimos muchas fotos de escaparates, pero solo pondré ésta:
Comprendéis ahora lo fácil que lo tuvieron los de Abba para comprarse vestuario. Sin embargo, en la calle más concurrida y comercial de Gamla Stan solían predominar tiendas para turistas, como las que podemos encontrar en otras calles famosas de otras ciudades, como Las Ramblas de Barcelona. En alguna de ellas entramos, pero nada vimos que nos gustara, sin embargo me llamó la atención este cojín:
Lástima que el paso de Ibrahimovic por el Barça fuera tan fugaz, pues no les ha dado tiempo de liquidar las existencias. Y, evidentemente, cuando estás fuera de casa siempre te llama la atención aquello que te recuerda tu hogar. En este sentido Ángeles también se dedicó a fotografiar bares de tapas, comida española en supermercados, pero lo que nos resultó más curioso es que en una óptica se promocionaran con este cartelito:
Es un clásico los carteles de las tiendas que para nosotros nos crean confusión:
También en los museos en ocasiones encuentras obras de arte sorprendentes:
Pero para arte, el arte callejero, como el de ése que al ver un desconchado en la pared le recordó el mapa de África:
También son arte callejero los trampantojos, y como en Gamla Stan cuidan hasta el último detalle, les pareció que quedaría mejor si completaban el edificio con algunas ventanas pintadas:
Y es que gente hay para todo, y si no puedes pagarte un gimnasio para perros, de esos en los que puedes hacer que el perro camine dentro de una piscina, bien están las fuentes o lo estanques públicos:
Para acabar, ya que hablamos de animales, una curiosa foto:
Son dos mariquitas en la mecha de una vela. Pero ¿a qué parece una cara?
Ui! Si no lo explicas pensaba que era otra de esas obras de arte tan curiosas! Jajajajajaja!
ResponderEliminarEl cartelito de "se atiende en español" puede estar dirigido a los españoles que viene allí. Nosotros encontramos a unos cuantos entre camareros, guías turísticos y trabajadores del Skansen.
Muy bueno lo de los carteles que crean confusión y los escaparates jeje!
Besos.
Hola Guacimara. Sí, sobre todo hay mucho chileno. De hecho un día vimos una manifestación de chilenos. Ángeles dice que muchos emigraron cuando la dictadura.
ResponderEliminarBesos