viernes, 29 de abril de 2011

Granada: Albaicín

Aunque llegáramos a Granada el 21 de abril, da la sensación de que este viaje lo habíamos empezado hacía mucho tiempo. Desde el principio estuvo marcado por la incertidumbre, que únicamente resultó ser una cuestión climática. Pero no sé si deberíamos quejarnos por el mal tiempo teniendo en cuenta que todo nos fue bien excepto algunos ratos de espera en los aeropuertos y en la Alhambra. Mientras que en lo positivo destacaría la amabilidad de la gente, lo increíblemente hermosa que es la ciudad, y los sabrosos descubrimientos gastronómicos.
Nos hospedábamos en el hotel Las Almenas y, aunque no había sido nuestra primera opción, estuvimos muy a gusto y excelentemente atendidos.

Viernes 22 de Abril por la mañana
Después de desayunar en la pastelería Ysla de la calle Acera del Darro, cogimos el 7 hacia el Albaicín y nos bajamos en la parada posterior al mirador de San Cristóbal. Desde allí caminamos hasta el mirador de San Nicolás. Por el corto, aunque intrincado camino, pronto descubrimos la esencia de esta parte de la ciudad.





Desde el mirador de San Nicolás pudimos deleitarnos con las magníficas vistas de la Alhambra.




A continuación nos perdimos por las calles del Albayzin hasta que conseguimos encontrar la cuesta de Chapiz.



Hicimos el aperitivo en el paseo de Los Tristes




Visitamos el convento de Santa Catalina de Zafra y el Bañuelo





Llegamos hasta la Plaza Nueva donde entramos en la iglesia de Santa Ana



De ahí buscamos un sitio donde comer y acabamos en una pizzería del centro que no tenía nada de especial.
Continuará...

martes, 26 de abril de 2011

Granada

La Alhambra de Granada desde el mirador de San Nicolás

Gracias a todos los que lo habéis intentado a pesar de que no era fácil y enhorabuena a Guacimara y Xiscu que lo han acertado. Lo mantuvimos en secreto para poder hacer este pequeño juego, pero me temo que las próximas entradas van a ser monotemáticas.

miércoles, 20 de abril de 2011

La Trieste de Magris en el CCCB

Cuando mi amigo M propuso ir a ver esta exposición no le dije que no, a pesar de que no conocía nada de Trieste ni de Claudio Magris. Hacía tiempo que habíamos ido a ver otra exposición de la misma serie: "Las ciudades y sus escritores"; y en aquella ocasión fue Joyce y Dublín, y dado que guardaba tan buen recuerdo, ahora no podía negarme. Además, era la oportunidad de conocer a Magris y un poco de esta ciudad del norte de Italia.


Y tampoco me defraudó. La verdad es que las exposiciones del Centre de Cultura Contemporanea de Barcelona (CCCB) son muy creativas y constituyen en sí mismas obras de arte.
El visitante debe realizar el recorrido con los cinco sentidos. Sentir la fuerza de la bora, el viento de Trieste, palpar las piedras del Carst y percibir el mar Adriático. Sorprenderse con el fragor de las guerras y escuchar canciones triestinas. Sentarse en el célebre Caffè San Marco:


Entrar en la conocida Librería Antiquaria:


Y recorrer el Danubio, a través de una evocación de su curso por Centroeuropa, en homenaje al célebre libro de Magris, a partir de la lectura de algunos de sus fragmentos.


La muestra incluye materiales expositivos tan diversos como instalaciones audiovisuales, objetos y pinturas originales:

Boceto realizado por James Joyce
Lecturas de pasajes literarios e incluso una película, Dietro il buio (Detrás de la oscuridad), producida ex professo a partir del libro de Magris Así que usted comprenderá.
En esta exposición Claudio Magris se convierte en el hilo conductor y el nexo con su ciudad. Los extraordinarios y, al mismo tiempo, complejos textos de Magris a menudo hacen alusión a Trieste, a sus personajes anónimos y célebres, a la historia de la ciudad y a sus propios recuerdos.


Y, como es costumbre, después (en otras ocasiones antes) fuimos a comer. No tuvimos que caminar mucho pues entramos en el restaurante del Pati Manning en el "Centre d'Estudis i Recursos Culturals" (CERC) junto al CCCB. Pedimos la carta y comimos bien pero, sobre todo, disfrutamos de un entorno tranquilo e incomparable:


martes, 19 de abril de 2011

Teotihuacan en CaixaForum

Dado que los lunes cierran los museos, ayer aproveché que CaixaForum está abierto todos los días para visitar la nueva exposición: "Teotihuacan, Ciudad de los Dioses"


La ciudad de Teotihuacan es una de las maravillas arqueológicas del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. Sus principales monumentos son: la pirámide del Sol y de la Luna, la calzada de los Muertos, el palacio del Jaguar de Xalla, el templo de Quetzalcóalt.
La exposición está distribuida en seis ámbitos, y se tratan temas como la arquitectura y el urbanismo, la política, la guerra, la economía, las creencias y rituales, la vida en los palacios y en las calles, la relación con otras culturas... Podemos ver todo tipo de objetos: utensilios de cocina, joyas, trabajos en madera, huesos y conchas, esculturas y pinturas murales, etc.




Eran curiosos los vasos silbadores que, dependiendo de lo llenos de agua que estuvieran, emitían unos sonidos u otros, o las piezas relacionadas con el juego de la pelota. Pero sobre todo me ha sorprendido lo bien conservados que estaban todos los objetos a pesar de su antigüedad. 
Y después de disfrutar de tan magnífica exposición fui a descansar a la terraza del bar donde almorcé y leí un rato.

viernes, 15 de abril de 2011

Phil Cunningham

Phil Cunnigham es un virtuoso acordeonista escocés que, con tan solo 16 años, formó parte junto a su hermano mayor Johnny del grupo Silly Wizard. Posteriormente los hermanos Cunningham se unieron a los hermanos Dhomhnaill (Triona y Michael) para formar el grupo Relativity. También ha colaborado con Aly Bain (el violinista de The Boys of the Lough) y ha producido a la cantante estadounidense Connie Dover.


Pero lo mejor de Phil es sin duda verlo tocar en directo. Yo lo he visto en dos ocasiones y si cerrabas los ojos y solo escuchabas la música creías que en el escenario había más de una persona.

 

Pero para qué cerrar los ojos. Ver como mueve los dedos sobre las teclas es todo un espectáculo y es que Phil transmite en el escenario una enorme alegría.


Estoy convencido de que es un tipo muy simpático. Como anécdota, en uno de esos dos conciertos, lo vi llegar tranquilamente caminando por la calle y se detuvo frente a algo que yo no alcanzaba a ver, sacó un bolígrafo y lo garabateó. Al terminar el concierto me acerqué por curiosidad a ver qué había escrito: le había puesto bigotes a su propia fotografía del poster que anunciaba su concierto (no entiendo porqué no despegué ese poster y me lo llevé de recuerdo).
Otra anécdota, en este caso más mía que de Phil, es que en la segunda (o primera, ahora no recuerdo bien) ocasión en la que fui a verlo, lo decidí en el último momento y el mismo día del concierto me pasé por el CAT (Centre Artesà Tradicionarius de Gracia) por si todavía quedaban entradas. Encontré un montón de gente que había pensado lo mismo que yo, pero no me desanimé y me puse a la cola. Cuando abrieron la taquilla la larga cola empezó a moverse y esperanzado veía como me iba acercando a la posibilidad de comprar una entrada. Hasta que la cola se detuvo a tan solo unas pocas personas de mi turno. Lo sabía, pensé, siempre me pasa lo mismo. Nos dijeron que no quedaban más entradas, pero la gente no se iba. Y cuando estaba ya a punto de empezar el concierto, pusieron a la venta unas pocas entradas más, personas que habían hecho reserva pero que no habían aparecido y, gracias sobre todo, a que yo iba solo, me vendieron una de las últimas entradas...por los pelos!!!.

miércoles, 13 de abril de 2011

Ese punto azul pálido

Como ya sabéis, ayer se cumplieron 50 años desde que Yuri Gagarin realizara el primer viaje espacial. No puedo ni imaginar qué sintió, qué experimentó al ver la Tierra desde allí arriba. Yo quiero conmemorar esa efeméride con este vídeo en el que Carl Sagan nos cuenta qué deberíamos pensar si viéramos la Tierra tan lejos que solo fuera una mota de polvo:



(Este vídeo lo he encontrado en http://amazings.es/)

sábado, 9 de abril de 2011

Batería antiaérea del Turó de la Rovira

El Turó de la Rovira es una colina de 262 metros que, junto al Turó del Carmel y el Turó de la Creueta del Coll, forman els tres turons. La particularidad del que nos ocupa en este caso es que en su cima contiene los restos de una batería antiaérea de la Guerra Civil. Recientemente el lugar ha sido rehabilitado, pues la dejadez de los últimos años desfiguró la importancia del lugar. El siguiente vídeo, que he encontrado en Internet, es anterior a la restauración y nos servirá para comparar.


Para acceder a la zona puede utilizarse el transporte público. En autobús, el 28 te deja muy cerca al final de la línea, pero el bus del barri, el 119, te lleva ya hasta la misma calle Lavèrnia donde se encuentra la batería. Solo tenemos que remontar la calle y a continuación tenemos dos opciones: seguir recto y subir luego por unas escaleras, o girar a la derecha para coger la calle superior que te evitará los escalones. Nosotros escogimos la segunda opción para subir y la primera para luego bajar.
Cuando llegamos a la batería lo primero que nos maravilla son las magníficas vistas en 360º de la ciudad. No es de extrañar que situaran ahí esas instalaciones militares. Os dejo el vídeo que grabamos:


En 1937, en plena Guerra Civil, se instaló una batería antiaérea para intentar proteger Barcelona de los bombardeos de la aviación fascista.




En la posguerra, cuando la inmigración volvía a afluir a una ciudad con falta crónica de viviendas, las estructuras militares abandonadas se aprovecharon para construir el barrio de barracas de los Cañones, que perduró desde los años 40 hasta 1990 y que llegó a tener unos 600 habitantes en un centenar de casas.

Pavimento de baldosas de las casas del barrio

El tercer atractivo del emplazamiento, como ya he comentado, son las increíbles vistas de la ciudad.






Tampoco pudimos evitar hacer fotos a las flores y los insectos, pues no deja de estar en una zona de montaña.