domingo, 27 de octubre de 2013

48H Open House BCN: Antigua Fábrica Damm

En 1876, August K. Damm, habiendo emigrado en 1871 desde Alsacia por la guerra francoprusiana (1870-1871), funda la empresa Damm en Barcelona. Se toma 1876 como la fecha de origen de la Damm y no la de 1872 que es cuando ya empezó a producir cervezas, pues es la fecha en la que se establece por su cuenta y en la que se incorpora su primo Joseph Damm, también maestro cervecero.
La cerveza que produce en esa época es la Strasbourger, típicamente alsaciana, y podía tomarse, entre otros locales, en el Cambrinus. También en esa época empieza a usarse la famosa estrella de cinco puntas como logotipo.


August Kuentzmann Damm fallece en 1877. La fábrica queda, entonces, en manos de Adolf Leinbacher, que incluso se casa con la viuda de August. Sin embargo, Joseph sigue trabajando para ellos.
En 1881 se constituye la sociedad regular colectiva entre Leinbacher y Damm, el primero se encarga de la administración y el segundo de elaborar la cerveza. Poco después se trasladan de la C/Viladomat, 27, a la C/Urgell con Diputación.

Fábrica de la calle Urgell

En 1887 se anuncia la cerveza negra Bock.


La cerveza Bock es una cerveza de un fuerte sabor amargo, concretamente a malta, ya que se utiliza un tercio más de malta; y de color oscuro. La palabra Bock hace referencia al macho cabrío de la etiqueta que, en catalán, casi se escribe igual que en alemán (Boc). En Alemania se anunciaba en muchos locales con el macho cabrío de pie frente a un espumoso vaso de cerveza.


Como el que nos ofrecieron durante la visita a la fábrica.
En 1888 muere Leinbacher y se constituye entonces la sociedad Damm y Cia. siendo Joseph Damm el único socio colectivo. Ese año es, además, el de la primera Exposición Universal en Barcelona, pero no se aprovecha la ocasión como es debido.
En 1905 se inaugura la fábrica de Rosellón, denominada "La bohemia", como tributo a una zona cervecera de centroeuropa. La fábrica ocupaba toda una manzana del Ensanche entre Rosellón, Córcega, Cartagena y Dos de Mayo.




En 1907 muere Joseph Damm y la empresa la continúan sus hijos.
El siguiente vídeo muestra la actividad que se desarrollaba en la fábrica en los años 20.


La fábrica tenía capacidad para producir hasta 20.000 hectolitros de cerveza, y en ella trabajaban 40 personas, 9 de las cuales eran alemanes maestros cerveceros. Se dedicaba, también, a la fabricación de hielo.



En 1910, cuando se constituyó la S.A. Damm, pasó a ser la fábrica principal y continuó la producción hasta 1992. Hoy es la sede administrativa de la sociedad. Planos de 1904 demuestran que se diseñó en tres plantas para aprovechar la gravedad en el movimiento de los líquidos, por lo tanto se trataba de una producción en vertical.

























En 1913 la fabrica adopta la electricidad como fuerza motriz, sin embargo, no abandona por completo la fuerza del vapor.


La sala de máquinas actualmente se utiliza como sala de actos. En esta sala se ha entregado, por ejemplo, el Balón de Oro a Messi, organizado por Don Balón, y se han organizado muchos otros actos que podéis ver en Dammeros.
La cerveza se vendía tanto en botella como en barril. A principios del siglo XX, las botellas se transportaban en cajas sin separaciones por lo que se utilizaba paja para protegerlas.




En la misma fábrica se realizaba el embotellado, y también se preparaban los barriles. El sistema era isobarométrico, es decir, se ponían en contacto directo con el depósito para que tuvieran la misma presión a la que estaba la cerveza. En el archivo histórico de la sociedad se ha conservado parte de la maquinaria que se utilizaba en aquella época: llenadoras de botellas con distintos grifos e incluso una rotativa.


El método no difiere mucho del que se utiliza hoy en día, aunque modernizado y tecnificado. Una vez en la cervecería, los dispensadores de cerveza proporcionan la cerveza a presión. Aunque también han ido evolucionando con el tiempo, en todos los casos es la presión del anhídrido carbónico la que hace que la cerveza salga impulsada por el grifo expendedor.
En 1929, S.A. Damm participó en la Exposición Universal de Barcelona. Desde 1921 ya se había adoptado la estrella como marca, denominándose a la cerveza pilsen la famosa Estrella Dorada. Hasta 1955 no aparece la Voll Damm y en 1968 la clásica Xibeca. Luego han llegado otros tipos de todos conocidos.



Aunque hoy en día en la fábrica ya no se produce cerveza, podemos ver todavía parte de las instalaciones que se utilizaban. Es el caso de la sala en la que se conservan las calderas de cobre originales usadas en la cocción de la cerveza y que constituye, junto a la sala de máquinas y el sótano con su sala de exposiciones, el principal atractivo de la visita.



Sin lugar a dudas, las cervezas Damm han formado parte integrante de nuestras vidas. Tras más de 130 años de historia, esta empresa, de origen alsaciano, ha pasado a ser un símbolo de Barcelona. A través de sus spots, sobre todo los más recientes, han intentado transmitir también la idea de un estilo de vida mediterráneo en el que la cerveza Damm representa una parte destacada.
La Estrella seguirá brillando mucho tiempo más.


jueves, 24 de octubre de 2013

48H Open House BCN: Casa Macaya

Tras reponer fuerzas en el restaurante de la librería Laie (ver post anterior) nos dirigimos hacia la Casa Macaya. Una vez más, no tuvimos que hacer cola y apenas hubo tiempo de espera para entrar.


Desde su construcción, en 1901, la Casa Macaya fue uno de los edificios sobresalientes de un Paseo San Juan cuya urbanización había sido proyectada para conectar el barrio de Gracia con la Barceloneta, pero que nunca llegó a producirse dicha conexión por la interposición del parque de la Ciudadela.
La Casa o "Palau" Macaya es obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch y fue declarado Bien Cultural en 1976.


La fachada es lo primero que llama la atención. En general su estuque blanco está únicamente decorado en algunas zonas por un esgrafiado ocre obra de Joan Paradís.


Una fachada, en principio austera, pero que queda compensada por la profusa decoración del balcón, ventanas y portales, así como de la tribuna.




La forja corrió a cargo de Manuel Ballarín, mientras que los excelentes trabajos en piedra se atribuyen a los colaboradores habituales del arquitecto: Eusebi Arnau y Alfons Jujol.


A destacar las dos figuras que rematan el arco de la puerta. Podríamos decir que se trata de la tradición y la modernidad. Por un lado se ve a un campesino en burro,


y por otro a un personaje sobre una bicicleta, toda una modernidad en aquella época.


Al parecer, el usuario de tal ingenio no era otro que el propio arquitecto que, en aquella época, se trasladaba sobre dos ruedas entre la Casa Macaya y la Casa Amatller que también estaba construyendo. En el interior continuaremos viendo más trabajo en piedra.
Si entramos por el portal por el que en su día entraban los carruajes, observaremos unas curiosas escaleras.


La función de estas escaleras, que ahora parecen no llevar a ninguna parte, era la de permitir descender a las damas del carruaje con comodidad.
Antes de entrar en el siguiente espacio podemos ver que, a la derecha, se encontraban las escaleras que daban acceso al resto de pisos por encima del principal. La disposición de las ventanas en esa fachada nos dan idea de que ahí se sitúa la caja de la escalera. Esto es así dado que, aunque la casa era para uso privado, el resto de viviendas se pusieron en alquiler y, obviamente, el acceso de los dueños y del resto de habitantes era diferente. Los carruajes se guardaban al fondo así como el resto del servicio.
Si penetramos en el patio central dejaremos a nuestra izquierda un hall con un mostrador de recepción de La Caixa (este edificio pertenece actualmente a esta entidad financiera).


Y, a continuación, se nos abrirá antes nosotros un enorme espacio cuadrado muy bien iluminado.


El patio estaba, originalmente, abierto en su parte superior, pero hoy en día está cubierto por una estructura traslúcida que proporciona una agradable claridad blanca.


Lo primero que nos llama la atención del patio es el estilo gótico del mismo, con una estructura muy parecida a los palacios góticos medievales que podemos ver, por ejemplo, en la calle Montcada. Es decir, una escalera principal que conduce a la primera planta (la planta noble), con un gran patio cuadrado y, por encima, el resto de viviendas.


El diseño de los ventanales también es propio del estilo gótico, con el uso de las pequeñas columnas que sustentan los arcos ojivales, en este caso escalonados.


Y qué decir de la profusión de gárgolas que, actualmente, ya solo tienen una función estética, al estar el patio cerrado.


La escalera está también profusamente decorada en piedra y, en cada triángulo que forma el escalón, los artistas colocaron la imagen de una fábula.



También, decorando la escalera, vemos el escudo que se creó el industrial Romano Macaya Gibert.


Cómo no, el símbolo que escogió este comerciante para su escudo fue el caduceo de Hermes.
Pero el estilo general de la casa no es, únicamente, el propio del gótico, esta casa es, sobre todo, modernista, y eso se nota en el uso de los elementos naturales en la decoración. Así, si nos fijamos en los capiteles, en los forjados o, incluso, en la decoración del techo de la escalera,





veremos las hojas y los elementos florales casi omnipresentes.
Una vez hemos ascendido hasta la planta noble, descubrimos, tras pasar por un pequeño recibidor, una enorme sala completamente vacía.


Ahí seguimos con la explicación y nos comentan que, aunque el principal argumento del modernismo es, más que la arquitectura, los detalles ornamentales, esta casa carece de muchos de ellos debido a que durante la guerra civil fue trágicamente expoliada. Solo podemos ver, actualmente, algunos detalles en madera.






La casa fue adquirida por la entidad financiera "Caixa de Pensiones" que la remodeló y la abrió en 1949 como instituto educativo de sordomudos y ciegos. La Casa Macaya fue luego el germen del CaixaForum que ahora podemos visitar en la Casaramona también de Puig i Cadafalch. En aquel entonces, por tanto, era un centro de exposiciones. También albergó durante un tiempo el CosmoCaixa mientras se hacían las obras de reforma del museo. Actualmente, la Casa Macaya está destinada a albergar diferentes entidades sociales con salas polivalentes destinadas a promover encuentros sobre investigación.
La visita continuó mostrándonos el resto de las estancias.





Unos espacios habilitados para sus diferentes usos y decorados con muy buen gusto, tanto en sus adornos modernistas como en el mobiliario actual. Una visita muy recomendable.

Ver además:
48H OpenHouse, Casa Macaya Amb Hermes I Final Sopresa A La Casa De Les Punxes. De Neus Prats en La Meva Barcelona.
Barcelona 48 H Open House. De Andrés Paredes en Apu Barcelona Veodigital.