Como siempre, las calles estaban cuidadosamente engalanadas, y una de las que más nos sorprendió fue la calle Verdi que, bajo el nombre de Amazonia, nos trasladaba a las selvas de Sudamérica. Tenía de todo: gigantescas serpientes;
enormes arañas;
refrescantes cascadas;
plantas carnívoras;
y, naturalmente, lluvia constante.
Haciendo tiempo para la hora de cenar entramos en un local que no conocíamos:
Únicamente queríamos tomar un refresco, pero nos animamos y acabamos cenando.
Entonces nos dimos cuenta de que el año pasado habíamos recalado, casualmente, en el mismo local, pero entonces se llamaba "Pintxos attack", aunque desde hacía unos meses, se había convertido en un bar de copas y restaurante venezolano con patio interior. La decoración había cambiado algo:
Lo importante es que cenamos muy bien y que la camarera fue muy amable. Hablando con ella nos explicó que si queríamos volver otro día lo encontraríamos abierto todos los días a partir de las 6 de la tarde y que los domingos podríamos tomar un brunch. Su dirección es: C/Torrent d'en Vidalet, 22.
Como colofón os dejo un recuerdo al recientemente desaparecido Robin Williams:
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