miércoles, 23 de mayo de 2012

Arte y ciencia (10ª parte)

Goya: Luces y sombras. La exposición del artista aragonés, que hasta el 24 de junio podemos ver en CaixaForum Barcelona, me ha dado la idea de confeccionar una entrada que, a través de algunas de las obras que podemos ver en las salas, muestre la relación entre arte y ciencia.

Crítica social:


Esta obra forma parte de la última serie de cartones para tapices destinada a decorar el despacho de Carlos IV en El Escorial. Las escenas de este conjunto debían representar según el deseo del rey "asuntos campestres y jocosos". Sin embargo, Goya aprovechó para mostrar la miseria de los niños y, como ocurría en el tapiz de la boda, vemos las marcas de la tiña en la cabeza de uno de ellos. También podría tratarse de una alopecia debida a la desnutrición. Sus ropajes, el bastón y los pies descalzos, nos dan idea de su pobreza. Por su parte, el árbol podría representar el árbol del Bien y del Mal del que los muchachos tratan de coger la fruta que llevó a la humanidad al abismo representado por el precipicio tras los niños. Goya sufrió en otoño de 1792 una enfermedad que le llevó a dejar inacabada la serie.


Iglesia y condena:



Por descubrir el movimiento de la Tierra. 1810-11

Goya alude a Galileo y su doctrina heliocéntrica por la que fue condenado por herejía. Paradigma de la represión de la Iglesia a las nuevas ideas y que, a diferencia de la movilidad que demuestra Galileo, obliga al condenado a la inmovilidad mediante la tortura. A pesar de que Galileo abjuró frente al Tribunal de la Santa Inquisición se le escapó el "e pur si muove" mientras hacía la cruz, frase celebrada por los filósofos.


Cirujano grotesco:



Gran disparate. 1825-28

Serie de dibujos realizados por Goya en Burdeos. Se deduce que la amputación de la cabeza ha sido realizada por un cirujano ya que al fondo pueden verse los utensilios que ha utilizado para tan drástica operación: dos sierras de costilla de amputar, un cántaro y un vidrio de farmacia conocido como capitel de destilación. Se había relacionado este dibujo con el cuadro del Bosco: "Extración de la piedra de la locura", ya que la operación en la cabeza simbolizaría la ignorancia, mientras que la infiltración de líquidos significaría el adoctrinamiento de las ideas ajenas a la razón.


Disparate onírico
:



Modo de volar. 1815-16

La falta de referencia de cielo o tierra podría no significar más que el eterno sueño de la humanidad. También el vuelo, que aparece repetidas veces en la obra de Goya, representaría la inestabilidad, la irracionalidad humana, y la inconstancia de la fortuna.


Fábula grotesca:



El toro mariposa. 1825-28

Nuevamente el vuelo como metáfora de la inestabilidad y lo grotesco de la pretensión voladora sobre todo cuando se trata de una quimera como es un toro con alas de mariposa. La caída simboliza el dramático fin de los sueños. Los toros son otro aspecto recurrente en la obra de Goya pero que podrían representar una profunda reflexión sobre la violencia y la irracionalidad humana.

Bibliografía: Catálogo de la exposición.

Ver también en Milerenda:
Fenicia, Goya y Perseo
Arte y ciencia 2ª parte
Vinyetes al front
Estambul (3ª parte): Beyoglu

lunes, 21 de mayo de 2012

La ruta de los pasajes

Una nueva ruta nos ha llevado a los cazadores de Hermes a traspasar umbrales, recorrer oscuros y estrechos callejones y descubrir nuevas historias de nuestra ciudad. De la mano de la srabsenta hemos visitado varias calles enrejadas que, por ser domingo, hemos encontrado, en algunos casos, cerradas. Sin embargo, ni la amenaza de lluvia, ni las rejas nos han detenido.


Restos de la tormenta de la noche anterior sobre una flor del pasaje de Sert
Iniciamos nuestro recorrido en el Pasaje Sert, donde habíamos acabado la ruta de Hermes. Entrando desde la calle Trafalgar, el pasaje se sitúa en un edificio de 1867 que había sido una  fábrica de tapices tal y como se intuye por el diseño industrial de su fachada. La fábrica fue propiedad de la familia Sert de la que fueron miembros el pintor Josep M. Sert y el arquitecto Josep Lluis Sert. El pasaje comunica con la calle Sant Pere Mes Alt.



Nos dirigimos luego a la calle de Perot lo Lladre, que lleva el nombre del famoso bandolero catalán que tiene el honor de aparecer en el Quijote. Esta callejuela va desde la calle del Pi hasta Portaferrisa.


Se cuenta que un sacerdote de la Iglesia del Pi realizó una misa sin monaguillo y que al cabo de unos días murió siendo condenado al Purgatorio. Cada día se presentaba el fantasma del sacerdote pidiendo ayuda. Fue Perot lo lladre quien se ofreció a ayudarle salvando al sacerdote que bendijo al ladrón y que desde ese momento, turbado por las palabras del sacerdote, dejó para siempre sus actividades delictivas.
También pasamos por el carrer del Timó donde pudimos acercarnos a la puerta templaria.




Esta puerta tapiada al fondo del callejón fue autorizada por Jaime I para que se pudiera pasar a través de la muralla hasta la encomienda templaria.

De allí fuimos al pasaje del Crédito, lugar de nacimiento de Joan Miró, como reza en una placa.



Como curiosidad, algunas escenas de la película "Salvador" fueron rodadas aquí, haciéndonos suponer que la familia Puig Antich vivieron en la calle, aunque en realidad lo hicieron en el passatge de l'Ensenyament.
En mitad del camino un receso nos permitió reponer fuerzas.




Luego visitamos el passatge Bacardí, edificado en 1860 y que, con su galería acristalada fue la primera de la ciudad y foco de actividad comercial con sus numerosas tiendas.


Actualmente presenta un aire de decadencia que le da cierto atractivo y en el que podemos encontrar numerosas representaciones de Hermes.
A continuación visitamos el passatge de Lluis Cutchet donde una placa nos indica que hubieron unos baños públicos, los primeros en la península de este estilo.





De aquí fuimos al pasaje del Comercio o passatge de la Banca, donde encontramos el museo de Cera de Barcelona.






De aquí atravesamos el Passatge de la Pau:








Éste, como otros casos, tienen el nombre de pasage, curiosamente escritos con ge en lugar de jota.

Finalmente pasamos por el pasaje del reloj que, en otro tiempo, lucía un gran reloj que  daba las horas en diferentes lugares del mundo, los días del mes y las fases de la luna. Ahora del reloj solo le queda el nombre de la calle.




Un reloj moderno reflejo del reloj que dio nombre a la calle

Antes de que las amenazadoras nubes descargaran una tromba de agua sobre nuestras cabezas, nos cobijamos en un restaurante donde comimos y charlamos, dando así por finalizada la ruta de las calles enrejadas.



Una vez más pasamos un día entretenido e instructivo en agradable compañía: la de aquellos que hicieron la ruta y que en los próximos días publicarán nuevas entradas que completarán la información aquí aparecida. Y que son:

Jordi de Instants Barna
APU VeoDigital
Chordi de Barcelona Mon Amour
Srabsenta de Cosas de Absenta

Conxita de Barcelona en horas de oficina
Julia de Mi Cataluña
Neus de La meva Barcelona
Por último, doy las gracias a Roser y Marc por prepararnos y guiarnos en la salida y al resto por participar y complementar las explicaciones de nuestra guía.

Ver también: Milerenda: Estambul (4ª parte) Torre de Gálata

lunes, 14 de mayo de 2012

Último día en París

En realidad todavía nos quedaba otro día en París, pero solo nos daría tiempo de ir al aeropuerto, así que había que aprovechar nuestra última jornada completa en la capital francesa.
Prometí no hacer una entrada llena de tópicos, pero lo primero que hicimos el lunes fue dirigirnos a los campos de Marte a hacernos la obligatoria foto de grupo como recuerdo de nuestro viaje.



Reflejos de la lluvia de los últimos días


Monumento por la paz en el campo del dios de la guerra

Al llegar bajo la torre pudimos ver las enormes colas de aquellos que pretendían subir hasta lo más alto de la estructura. Posiblemente pasarían horas antes de que lo consiguieran. Nosotros preferimos pasar de largo hasta llegar al Sena donde embarcamos en los Bateaux-Mouches en el pont de l'Alma.




Una forma diferente de ver la ciudad que, después de una jornada tan agotadora como la del día anterior, nos servía para descansar un rato.



Al acabar la travesía dispusimos de dos horas para hacer lo que quisiéramos y por mi parte decidí aprovechar para ir a comprar unos macarons que me había encargado Ángeles. Fauchon era la tienda escogida y se encontraba en la plaza de la Madeleine.





La tienda desprende glamour rosa por todos los rincones. Una vez cumplido el encargo, no perdí más tiempo pues la hora de comer se acercaba y habíamos quedado en un restaurante muy especial para celebrar nuestro 10º aniversario y entregarnos los regalos literarios que habíamos preparado previamente. El restaurante era Le Procope. Se trata de uno de los más famosos y el más antiguo café-restaurante de París. Un siciliano lo fundó en 1686 para introducir el café en la sociedad parisina.



Por tradición es un café-restaurante de artistas e intelectuales. Voltaire y Rousseau lo frecuentaban.  Diderot concibió entre sus paredes su Encyclopédie y Benjamin Franklin, la Constitución de los Estados Unidos. El Club de los Cordeliers, que aquí se reunió, con Danton y Marat como figuras principales, constituyó también un foco revolucionario. El gorro frigio se exhibió en el Procope por primera vez, y de aquí partió también la consigna para el ataque a las Tullerías (10 de agosto de 1792).



La Carta del restaurante

La mesa que usaba Voltaire sirvió de altar votivo temporal de sus cenizas y de los ataúdes de Louis Michel le Peletier de Saint-Fargeau y Jean-Paul Marat camino al Panteón. Allá donde dirigieras la mirada observabas algún elemento decorativo que te transportaba en el tiempo. Pero nuestro propósito era comer y cuando leí la carta mis presentimientos se hicieron realidad: apenas habían platos vegetarianos. ¿Qué tuve que pedir? Efectivamente, ensalada y quesos.







Sorbete de postre

Con lo bien que habíamos comido e incluso lo bien que nos habían tratado hasta ese momento, no sé porqué todo cambió a partir de los cafés. Para empezar no nos trajeron lo que habíamos pedido y nos dejaron la cuenta junto con los cafés (parece que en Francia no es raro que así lo hagan). Como teníamos pensado entregarnos los regalos durante el café, empezaron a ponernos muy mala cara cuando vieron que prolongábamos la sobremesa. Me supo muy mal que algo que llevábamos tanto tiempo preparando no nos lo dejaran disfrutar como era debido. Incluso nos habían dejado de traer alguno de los cafés que, sin embargo, sí que se reflejaban en la cuenta. Una pena que en un sitio en el que se presupone un trato excelente acaben tratándote con desprecio.

Tras acabar de leernos todos y cada uno de los regalos nos retiramos de Le Procope y paseamos por el barrio, entrando en la cercana iglesia de Saint-Germain-des-Prés, considerada como el edificio religioso más antiguo de París.









También pasamos frente a varios cafés frecuentados por escritores. Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir tenían mesa fija en el café de Flore y atrajeron allí a buena parte del movimiento existencialista naciente. Curiosamente, durante la ocupación nazi los militares alemanes no frecuentaban el Flore. Sartre escribió al respecto "Durante cuatro años, los caminos del Flore fueron para mí los caminos de la libertad".




Atravesamos el barrio latino hasta llegar otra vez a la ribera del Sena. Por el recorrido pudimos ver muchos escaparates originales, pero también descubrimos algunas sorpresas, como algunos graffitis o mosaicos de Space Invader. A continuación muestro las recopilaciones de ambas expresiones artísticas que encontré por toda la ciudad.



¿Dónde está Wally? Calle con el nombre del expresidente Sarkozy.
El último graffiti ¿sabéis qué es?




Señales tuneadas

Puestos a desvelar curiosidades, al pasar por la facultad de medicina, observé en su fachada, en uno de los numerosos medallones que lo decoraban, que una de las prácticas que históricamente se habían considerado como médicas era el exorcismo:




Finalmente llegamos a la Shakespeare and Company. Librería independiente que sirve al mismo tiempo como librería y biblioteca especializada en literatura anglosajona. El primer piso sirve también como refugio para los viajeros, conocidos como "tumbleweeds", albergados a cambio de algunas horas de trabajo en la librería cada día.






Y yo me quejo de que mi casa está llena de libros.





A esas alturas del día empezábamos ya a desfallecer por lo que, de camino a la plaza des Vosgues, decidimos ir a tomar algo a un bar. Lo increíble fue descubrir que en la barra el camarero demostraba sus habilidades con los envases de licores.




Desgraciadamente la lluvia volvió a acompañarnos en nuestro recorrido (y yo que me había dejado el paraguas en el hotel), por lo que la preciosa plaza des Vosgues no lucía como de costumbre. Por tercera vez en el día, esta plaza se considera la más antigua de París (1612) ya que se encuentra en el barrio medieval del Marais. Entre las arcadas de la plaza vivieron entre otros Victor Hugo, Théophile Gautier o Alphonse Daudet. Actualmente está recorrida por numerosas salas de arte.



De allí nos acercamos al centro Georges Pompidou ya que cerraban a las 11 de la noche y podía verse una exposición muy interesante de Henri Matisse: "Parejas y series", es decir, variaciones sobre un mismo tema. Una exposición que dificilmente se volverá a ver reunida.







A esas horas de la noche, resultaba curioso ver tan vacío el centro Pompidou.  De regreso al hotel nuestro cansancio reflejaba la certeza de que nuestro viaje había llegado a su fin, pero..."que nos quiten lo bailao". Antes de llegar a Barcelona ya nos estábamos planteando dónde iríamos en nuestro próximo aniversario.

domingo, 13 de mayo de 2012

Un día feliz

Antes de acabar con las entradas sobre París, incluyo ésta aquí, ya que ayer fuimos Ángeles y yo a celebrar mi cumpleaños. Dado que yo era el homenajeado pude escoger restaurante, y como Ángeles aún no había estado en la fábrica de Moritz, fue ésta mi elección.







Al acabar de comer esperamos a poder hacer la visita guiada. Las hacen cada media hora: a las horas en punto y a las medias.








De allí nos dirigimos hacia el parque Cervantes para hacer algunas fotos a las rosas.




















Ayer fue un día radiante, en todos los sentidos, y como el calor apretaba nos sentamos bajo un árbol a la sombra a descansar antes de volver a casa.

Ver también: 
La presencia de Alfaro en Barcelona de Ando barceloneando
En Milerenda: