Una vez más aproveché bien la tarde del jueves y una vez más fui a un restaurante vegetariano-hindú (parece que es ya una costumbre), en esta ocasión en la Plaza Vila de Madrid nº 4. Se trata del restaurante Govinda.
Me acompañó mi amigo M y pedimos el menú, aunque también hay platos de carta.
Luego fuimos al CCCB a ver un par de exposiciones: Por laberintos y World Press Photo 10. El tema de los laberintos siempre me ha parecido interesante y enigmático. Los laberintos no son únicamente un divertimento, si no que han tenido distintos significados en las diferentes culturas y religiones. Entrar en un laberinto no es únicamente una experiencia física si no también espiritual. El sentirse solo y perdido ayuda a la introspección. Conseguir el reto de encontrar el centro y posteriormente la salida provoca una gran satisfacción. De ahí la atracción que los laberintos ejercen en todas las épocas y civilizaciones.Existen dos tipos básicos de laberintos: los unicursales y los multicursales. En los primeros no hay pérdida, pues únicamente constan de un camino que hay que seguir. En los segundos, las bifurcaciones nos obligan a tomar decisiones y a emplear la memoria y la orientación si queremos superarlos. Es la famosa estrategia de prueba y error. La exposición se ha dividido básicamente en estos dos tipos, y el recorrido a través de las salas sigue también estos patrones.
La siguiente exposición que vimos fue la muestra de fotoperiodismo internacional del 2009. Esta exposición itinerante es la más importante en fotoperiodismo y siempre está acompañada de polémica debido a las imágenes que muestra. Esta dividida en diferentes secciones, y va desde las más amables de naturaleza y deporte hasta las más crudas relacionadas con conflictos bélicos y desastres. El entorno en el que pueden observarse las fotografías es ideal y ayuda a la reflexión. Cada fotografía va acompañada de abundante información, tanto del tema como de la instantánea. Es una exposición imprescindible, aunque debo advertir que algunas fotos pueden ser muy impactantes.
¡No parais! Cómo os cunde. Las exposiciones deben de estar bien, sí.
ResponderEliminarY el restaurante no lo conozco. Como tantos otros claro, pero es que la plaza de la villa de Madrid, a pesar de sus restos arqueológicos y todo, la encuentro de los sitios más deprimentes de Barcelona (no sabría decir muy bien por qué) y la evito a toda costa.
El domingo tengo planificado ir a Barcelona y ver alguna exposición. Por lo que explicas me han gustado tanto la de los laberintos como la de fotoperiodismo... miraré donde estan ubicadas y escogeré. Gracias por tus recomendaciones.
ResponderEliminarYa me gustaría ir a ver tantas exposiciones, tengo ganas de ir a ver la de los laberintos al CCCB.
ResponderEliminarMe quedé con las ganas de comentarte la entrada anterior porque también soy una adicta a los tés y cada vez más gracias a Cristina. Aunque tenga que ir expresamente me pasaré por Bebe té, tengo que encontrar latitas de Harney & Sons.
Besos
Cristina: Pues sí, esta plaza no es de las más agradables. Como diría Ángeles es ecléctica. Hay un poco de todo y en conjunto es como un pastiche. Sin embargo, nosotros últimamente hemos ido mucho por ahí: el Ateneu está en una esquina. Al Govinda he ido un par de veces y muchas veces simplemente nos sirve de paso desde Portal del Angel a las Ramblas. Pero estoy de acuerdo que tiene algo que no invita a quedarse.
ResponderEliminarGuacimara: Las exposiciones son en el CCCB (Centre de Cultura Contemporania de Barcelona: http://www.cccb.org/es/) en la casa de la Caritat, al lado del MACBA. Vale la pena verlas. De todas las veces que he ido es de las que he visto más gente.
LittleEmily: Lo cierto es que voy a ver muchas exposiciones porque me encanta el arte en todas sus expresiones, pero en segundo lugar porque me salen gratis ya que tengo el carnet de docente. En esta ocasión Ángeles no pudo acompañarme pues ella trabajaba, pero yo aprovecho para quedar con un amigo con el que me veo periódicamente y aprovechamos para ir a comer fuera, ver alguna exposición y ponernos al día. También ocurre que últimamente hay muchas exposiciones interesantes y no me quiero perder una. En cuanto a la tienda de tés no es que esté céntrica, pero la parada de Horta te deja al lado. Si vas espero que encuentres cosas que te gusten.
Un saludo a todas y gracias por los comentarios.
"Entrar en un laberinto no es únicamente una experiencia física si no también espiritual. El sentirse solo y perdido ayuda a la introspección." Interesante reflexión, Enrique. Creo que tienes razón.
ResponderEliminarMe ayudas a conocer mejor Barcelona, y eso me gusta.
Saludos
Elvira me alegro que te sirva de ayuda nuestro blog. En cuanto a la sensación que se siente cuando te encuentras dentro de un laberinto es curiosa, pues al no poder ver más allá, acabas mirando hacia dentro. Allí puedes ver el laberinto al completo, grabado en tu memoria. Pero al mirar hacia dentro también te ves a ti. La sensación sin embargo es diferente en los laberintos de espejos, pues en estos parece que vez el infinito.
ResponderEliminarSaludos