Enverinats al Museu Blau

Si os acercáis al Museu Blau de Barcelona (museo de ciencias naturales), podréis disfrutar de una exhaustiva exposición sobre el veneno.

Se trata de la exposición temporal "Enveri-nats" con los animales más venenosos de la naturaleza. La muestra, que podrá verse hasta marzo de 2015, consta de 27 terrarios que albergan otras tantas especies con un total de medio centenar de animales vivos, aunque se prevé que puedan llegar a pasar por la exposición hasta 42 especies diferentes.

Al inicio de la exposición, podemos leer una cita de Paracelso: "Nada es veneno, todo es veneno, la diferencia radica en la dósis". Sin embargo, algunas sustancias requieren de dosis tan bajas para ser perjudiciales para los seres vivos, que son las consideradas como venenosas. Este ha sido el camino que, en algunos casos, la naturaleza ha escogido para que ciertos animales puedan defenderse o cazar. En ocasiones, la evolución los ha dotado de un veneno de tal potencia que los ha situado entre los animales más venenosos. Entre ellos están la avispa de mar o el pulpo de anillos azules.

Fuente: wikipedia

Este pulpo, no mayor que una pelota de golf, contiene veneno suficiente para matar a varias personas, y su combinación de neurotoxinas es tal que no se conoce ningún antídoto. Ambos animales marinos junto con la serpiente Taipan, el pez escorpión o piedra, la araña errante brasileña y la rana punta de flecha constituyen los seis animales más venenosos del planeta. Estos pueden verse en los paneles explicativos que encontramos al principio y lo largo de toda la exposición. Pero, el principal atractivo de esta muestra son los animales vivos: serpientes, arañas, escorpiones, ranas e incluso un monstruo de Gila que pueden contemplarse tras un doble cristal.

Víbora del Gabón

Cascabel diamante albina

Tarántula de rodillas rojas

Mamba verde

Rana punta de flecha

Cobra real

La exposición ha sido organizada por el grupo Atrox, (grupo que constituye el mayor productor de España de animales venenosos en cautividad). 

Es curioso saber que existen muy pocas especies de aves o mamíferos que sean venenosas, entre ellas el primitivo ornitorrinco. Pero el veneno no es exclusivo del reino animal, también lo podemos encontrar en vegetales, hongos o minerales, es por ello que la exposición se completa con varias vitrinas dedicadas a las plantas y minerales venenosos.

Francamente, una exposición muy recomendable para toda la familia (siempre y cuando no se sufra de aracnofobia u ofidiofóbia). También pueden verse las consecuencias que el veneno produce en una pierna (en una fotografía) y en un brazo (en un modelo en cera) que no resultan nada agradables. Sin embargo, los venenos también pueden llegar a tener aplicaciones terapéuticas.

Por cuestiones de aforo, no puedes salir de la exposición para luego volver a entrar, por lo que, dado que la visita puede llegar a dudar hasta más de una hora, se recomienda acudir antes al lavabo. Pero yo, cuando decidí salir, fue porque quería ir a comer y, una vez en el exterior, descubrí que hacía un día muy bonito.

Y, como decía Paracelso, si todo depende de la dosis, la que tomé en comida ese día fue un poco "venenosa". Aunque sabrosa ;)