Antes de seguir sería conveniente tener una perspectiva global de la ciudad para poder situarnos. Estambul está situada en el estrecho del Bósforo que comunica el mar Negro al norte con el mar de Mármara al sur
y es la única ciudad importante en el mundo situada entre dos continentes. La parte asiática queda al este y la europea al oeste. La zona metropolitana es inmensa. En Estambul viven alrededor de 13 millones de personas.
Además, en el próximo mapa podemos apreciar otra lengua de mar (la que sube a la izquierda) que no tiene salida y que es el Cuerno de Oro.
Beyoglu sería hasta el segundo puente |
Como he dicho, después de disfrutar de un abundante desayuno, decidimos ir andando hasta Beyoglu. De camino, pasamos por la estación de Sirkeci. Esta magnífica estación de ferrocarril se construyó para recibir al deseado Orient Express europeo.
La estación se inauguró en 1890, aunque el primer viaje del Orient Express, desde París a Estambul, fue en 1889. Prototipo de exotismo, el tren se asoció a una concepción romántica de Estambul y fue fuente de inspiración de al menos 19 libros, entre ellos el famoso "Asesinato en el Orient Express" de Agatha Christie. En su momento fue uno de los trenes más lujosos del mundo, por lo que era usado por ricos y aristócratas.
En esta ocasión, la fachada principal estaba en remodelación. Pero aún puede apreciarse como el diseño arquitectónico de Jasmund incorpora con maestría diferentes elementos de la tradición estambulí. Lo que sí que pudimos ver fue un pequeño museo incorporado a una de las salas.
Actualmente la estación no es la más importante de Estambul. De aquí salen trenes a Grecia, y a la Turquía europea. La estación más importante es la de Haydarpasa.
Seguimos andando hasta llegar al inicio del Cuerno de Oro, desde donde podíamos contemplar Beyoglu y la torre de Galata en una estampa típica de Estambul.
Llegamos al puente de Galata y lo cruzamos (para cruzarlo debe hacerse desde la parte superior, donde están los pescadores). Y ya estábamos en Beyoglu. Sin embargo, este barrio se sitúa en una colina, y las calles que llevan hasta el centro (o incluso hasta la torre), son bastante empinadas. Nosotros decidimos coger el Tünel. Se trata de un funicular subterráneo que te lleva desde la base hasta el inicio de la calle de Istiklal. De haber ido en tranvía desde el hotel nos hubiéramos bajado en la estación de Karakoy. La entrada de Tünel es muy discreta (en letras doradas) y se encuentra a la izquierda al pasar el puente y subir una calle hasta Tersane Cadesi (que por cierto, por ese lado no hay paso de peatones y tienes que sortear los coches que vienen a gran velocidad). Por la derecha, sin embargo, podéis encontrar un paso subterráneo. A la entrada del Tünel podéis ver su historia en unos paneles.
Se trata, después del metro de Londres, del transporte subterráneo más antiguo del mundo. La construcción del funicular fue una iniciativa del ingeniero francés Eugene Henri Gavand que vio la necesidad de conectar los dos distritos de negocio de la época. El sultán Abdülaziz concedió el permiso de construcción en 1869 y el funicular se inauguró el 17 de enero de 1875 (ha cumplido 137 años).
En realidad fuimos dos veces a Beyoglu en dos días distintos, por lo que para no hacerme pesado incluiré aquí ambas visitas como si hubiera sido una. Solo salir de la estación de funicular te encuentras con Istiklal y el inicio del tranvía histórico.
El tranvía recorre toda la calle Istiklal, desde la plaza del Tünel hasta la de Taksim. Es inevitable escuchar la campana cada vez que pasa ya que al ser la calle peatonal, muchas veces la gente camina entre las vías.
También es habitual ver a niños (y no tan niños) agarrarse a la parte posterior del tranvía y viajar gratis (aunque más bien es un juego para ellos).
Durante siglos, los extranjeros que vivían en Estambul, residían en Beyoglu. Por ello, las grandes potencias europeas, desde el s. XVI, establecieron sus embajadas en esta zona con el fin de proteger sus intereses con el Imperio Otomano. El ambiente no ha cambiado con el paso de los siglos, pues se sigue manteniendo una gran actividad comercial. De hecho, la calle Istiklal, vendría a ser como Portal de l'Angel en Barcelona.
Pero nosotros lo primero que hicimos fue dirigirnos hacia el Pera Palace. Para ello torcimos a la izquierda más o menos en la primera calle grande y enseguida dimos con él.
El hotel Pera Palas es uno de esos hoteles de fama legendaria que se inauguró en 1892 para acoger a los viajeros del Orient Express. Ha cambiado poco desde entonces, conservando un aire del pasado. Entre los clientes que han contribuido a la leyenda del hotel destacan Mata Hari, Greta Garbo, Jackie Onassis, Sarah Bernhardt, Josephine Baker y Atatürk. También es posible ver la habitación que ocupó Agatha Christie.
Nosotros entramos para verlo, pero ya de entrada pasas por un detector de metales, como llevaba la cámara en la mano me sonó. En seguida vinieron a preguntarnos. El sitio es de lo más lujoso, por lo que aunque nos condujeron al café, desistimos de tomarnos nada.
De allí en cuatro pasos te plantas en el Museo Pera. El museo se inauguró en el 2005 por la Fundación Suna y Ínan Kiraç. Ubicado en el antiguo hotel Bristol, se ha convertido en un moderno centro cultural. Son habituales las exposiciones temporales. Actualmente se exhibe una colección de grabados de Goya, y algunas pinturas.
Entre sus colecciones permanentes se incluyen pesos y medidas otomanos, más de 400 ejemplos de azulejos y cerámica de Kütahya del s. XVIII y la exposición de arte oriental que reúne obras de artistas europeos inspirados en el mundo otomano desde el s.XVII al XIX.
Durante la visita al museo sonaba de fondo la música de Mercan Dede. Así que os dejo un vídeo en el que además pueden verse imágenes de Estambul.
Tras la visita nos tomamos un té en el café del museo. Un auténtico lujo.
Continuará...
EXTRAORDINARIO TU BLOG!!!...EXQUISITO!
ResponderEliminarMuchas gracias. Solo hay un secreto y es hacer las cosas con amor. ;)
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