Ruta conmemorativa del Primer Aniversario de los Cazadores de Hermes (2ª parte)

Continuando con la ruta que los Cazadores de Hermes hicimos hace ya unos días, al salir del pasaje de la Pau nos encontramos en una curiosa plaza sin nombre (aunque unas placas pintadas la bautizan como plaça Papau) donde podemos ver algunas referencias al dios Hermes.

Calle Sils/Pasaje de la Paz

De camino a la plaza Duque de Medinaceli, pasamos junto a la fachada del futuro Hotel Soho.

Este edificio que hace tiempo que luce solo su carcasa esconde un secreto. Si quieres conocerlo visita la entrada de nuestra guía, Roser en su blog.

Plaza Duque de Medinaceli

Esta es la plaza donde se ubicaba el ya mencionado convento franciscano de Framenors. Víctima de la desamortización de Mendizabal el convento desapareció en 1837. También Roser nos explica lo sucedido. En el vacío dejado por el convento se proyectó la plaza en cuyo centro se erige la estatua de...¿el duque? pues no, curiosamente es del Almirante Galcerán Marquet. La escultura es una fuente en su base.

Tritones en el estanque de la base de piedra de Montjuic. Ver artículo.

Pero si nos encontrábamos ahí no era por el duque, ni por el almirante, ni siquiera por las palmeras:

Tampoco era Francisco de Pájaro nuestro principal objetivo:

Era porque la plaza contiene, también, varias representaciones de Hermes.

Plaça de la Mercè

Seguidamente nos dirigimos hacia la Plaça de la Mercè donde, además de Neptuno, también nuestro dios alado tiene una muy discreta pero prolífica presencia. Debemos fijarnos tras la fuente para encontrar los caduceos y las alas.

En la misma plaza se encuentran dos representaciones más, una de ellas solo para los ojos más adiestrados.

Pasaje del reloj

Nuestra siguiente parada tocaba pasaje. El del reloj hace referencia a los múltiples relojes que marcaban las horas de distintos lugares del mundo. Ahora solo queda el nombre y un reloj moderno en la sede de ICV.

De camino a la callejuela del Timó pasamos por la famosa plaza octogonal de la calle Milans.

Calle del Timó

Y al acercarnos a esta pequeña callejuela nos ocurrió algo, cuando menos, sorprendente. Al igual que había sucedido en nuestra última cacería con el grupo, volvimos a cruzarnos con Millán Salcedo y yo me abalancé hacia él para intentar explicarle este hecho sorprendente, y ésta fue la cara que más o menos puso:

Debió pensar que estaba loco, pero la prueba de que no lo estaba es la dedicatoria que improvisadamente nos hizo en el folleto de la anterior ruta:

Centrándonos a lo que íbamos, en la calle del Timó encontramos la famosa puerta templaria.

Puerta que Jaume I autorizó construir para que los templarios pudieran entrar y salir de la ciudad atravesando la muralla. De hecho, muy cerca, en la calle Ataulfo (también cerca de la calle de los Templarios) encontramos una poco conocida iglesia:

Aunque conocida actualmente como Capilla de Santa María de Palau, se trata de una iglesia templaria.
Y como todavía nos queda un tramo de nuestra ruta, lo dejaré para una tercera y última entrada.
Continuará...