Hace ya dos semanas fuimos al teatro Poliorama a ver "Todos eran mis hijos", tenía mucha curiosidad por ver una obra de Arthur Miller, pues tengo un recuerdo bastante potente, de haber visto "Muerte de un viajante" en los remotos Estudios 1 de televisión española.
Arthur Miller dedicó todas sus obras a la crítica social; en este caso arremete contra la industria armamentística. Pero, por desgracia, creo que el argumento hoy en día, puede pecar de ingenuo pues el "todo vale por dinero" se queda corto ante un telediario cualquiera. De todas formas me encantó poder ver representado algo suyo, porque todavía recuerdo la lectura de una entrevista que le hicieron en el dominical del País hace años, que me impresionó por la lucidez y el espíritu crítico que contenía.
La verdad es que creo que esta obra no tiene tanta intensidad dramática, como "Las brujas de Salem" o la misma "Muerte de un viajante" que son las que he visto de él, aún y así tiene momentos bastante intensos. Ya sabíamos que la duración de la obra había sido aligerada, pero salvo por pequeños detalles, no creo que perjudicara a su desarrollo.
La historia gira alrededor de una familia, en la que el padre regenta una fábrica de armas durante la guerra. Hay un hijo desaparecido de esa contienda, otro hijo intentando reconducir su vida hacia una posible felicidad, y un secreto familiar que puede dar al traste con la vida de todos.
Intervienen algunos personajes secundarios que tan solo aparecen al principio y al final de la obra, por lo que su presencia es casi anecdótica. También me sorprendió, aunque no estoy segura si estaba hecho a propósito, que, al principio, los actores se "pisaban" las frases, creando un poco de confusión.
Los personajes más importantes como el del padre, protagonizado por el actor Carlos Hipólito y el de la madre por Gloria Muñoz están magníficamente interpretados, se les nota que tienen el oficio pegado a su piel. Me sorprendió positivamente Manuela Velasco, en el papel de novia. Seguramente muchos la habréis visto en la pelicula "Rec" aunque yo no la había visto, pues soy un poco miedica. La chica lo hacía estupendamente, le daba mucho dramatismo a su personaje y haciéndomelo totalmente creíble. Me pareció una muy buena actriz. En cuanto a Fran Perea, el hijo, no me desagradó, estuvo correcto, pero no me llego tanto como los demás, no porque estuviera mal, si no quizá porque su personaje era más plano.
La escenografía creo que era curiosa, se trataba de una parte de la fachada de la típica casa sureña, con su puerta de tela de mosquitera y su mecedora, pero en lo que se suponía que era la parte del jardín, había un bosque de árboles, muy juntos y altísimos, la verdad es que estaba muy bien logrado, parecía auténtico.
El vestuario era de los años cuarenta-cincuenta, hay varios cambios trajes y de peinado, muy bonitos, en especial Manuela Velasco, que tiene una presencia muy atractiva.
La obra tiene una duración de hora y media, así que no era muy tarde cuando salimos, en plenas Ramblas, en el apogeo de un viernes noche, por lo que convencí a Enrique de tomarnos un helado en el Amorino, buscamos un sitio tranquilo donde disfrutarlo bien acomodados pues el local no dispone de asientos y, mientras mirábamos la Luna llena, nos dedicamos un buen rato a comentar lo que habíamos visto. ¿Que más se puede pedir?
Desgraciadamente me temo que justo hoy han dejado de representarla en el Poliorama, así que el post va para aquellos que aún tengan la oportunidad de verla en otros lugares. Siento el retraso en el post.
Por cierto, aprovecho para desearos a todos los que nos leen un feliz verano, si tenéis vacaciones, que las disfrutéis y los que no, que vuestro tiempo libre sea mucho y bueno.
Es curioso pero últimamente ya vamos más la teatro que al cine y la verdad es que le estamos cogiendo el gustillo. En esta ocasión volvimos a pasar una noche estupenda y espero que se repitan muchas más próximamente.
ResponderEliminarMe parece un plan redondo: buen teatro, un helado por la noche y la luna llena!
ResponderEliminarQue tengáis un buen verano.
Me da pena no haber visto la obra pero han sido unos días muy intensos con el Grec y necesitábamos descansar (incluso económicamente).
ResponderEliminarParece que la obra fue interesante, hace mucho que no veo nada de Miller...
¿Son especiales esos helados? No conozco la heladería o me ha pasado desapercibida ¿dónde está, en las mismas Ramblas?
Te deseo lo mismo, querida, qué paséis unas estupendas vacaciones en lo que queda...
Un abrazo!!
Pues si que es un buen plan Guacimara, te lo puedo recomendar ;)
ResponderEliminarLaura Uve, es imposible ver todo lo que queremos, ni hay tiempo y por desgracia cuesta bastante dinero, el teatro sobre todo. Lo del helado, son italianos creo y están muy ricos, doy fe de ello.
Que la Luna nos acompañe estas noches de verano, un abrazo a las dos.