Imagen tomada de Stockholm Cruise Blog |
El primero lo cogimos en Nybroplan (B) y nos bajamos en la isla de Skeppsholmen (D). Desde allí fuimos hacia la pequeña isla de Kastellholmen y luego nos dirigimos hacia el Moderna Museet. A la entrada pudimos ver el grupo escultórico de Jean Tinguely y Niki de Saint Phalles: Paraiso (1963) que desde 1972 se alza frente al museo.
El Moderna Museet es un museo diseñado por Rafael Moneo e inaugurado en 1998 cuando Estocolmo fue capital cultural de Europa. Contiene una importante colección de arte moderno.
Adosado a éste se encuentra el museo de arquitectura, donde puede verse la evolución de la arquitectura a lo largo de miles de años gracias a una extensa colección de maquetas. La cafetería del museo es muy agradable y Ángeles aprovechó para tomarse un capuccino.
Para ver más fotos de la isla y del trayecto en barco ir a Flickr.
De allí volvimos a embarcarnos hasta el Katarina Lift (H), pero, desgraciadamente estaba fuera de servicio. Puede que existiera otra opción para subir, pues en lo alto del mirador parecía haber gente, pero decidimos ir en busca del restaurante vegetariano Hermans desde donde también hay unas magníficas vistas.
De allí volvimos a embarcarnos hasta el Katarina Lift (H), pero, desgraciadamente estaba fuera de servicio. Puede que existiera otra opción para subir, pues en lo alto del mirador parecía haber gente, pero decidimos ir en busca del restaurante vegetariano Hermans desde donde también hay unas magníficas vistas.
Éste es el restaurante al que me referí cuando dije que comimos excelente y abundantemente por solo 100 Coronas, el Hermans. Se trata de un buffet libre y, en este caso, todo lo que probamos fue exquisito.
Del restaurante bajamos por unas escaleras para llegar al Fotografiska.
En este museo dedicado a la fotografía contemporánea pudimos ver varias exposiciones interesantes, entre las que destacaría la de Mappelthorpe.
Robert Mappelthorpe es conocido por sus instantáneas de flores y de desnudos, algunos de ellos bastante provocadores. Vale la pena subir al café del museo, desde donde se ven unas buenas vistas.
En nuestro paseo por el barrio descubrimos la casa de Carl Larsson en Estocolmo.
Tras dar algunas vueltas, tampoco en esta ocasión aguantamos hasta la noche por lo que decidimos regresar hacia el hotel. Antes, pero, algunas fotos más de Gamla Stan.
Antes de retirarnos definitivamente cenamos en un libanés y ya desde el hotel pudimos disfrutar esa tarde de una increíble puesta de sol.
Ay, pero qué bonito todo y tomo nota de muchas cosas para cuando vuelva (porque Estocolmo es de esos sitios a los que sé que tengo que volver). Qué dientes más largos se me han puesto al ver esos dulces. Las fotos son espectaculares.
ResponderEliminarGracias Cristina. Eso mismo estaba pensando yo esta tarde mientras revisaba las fotos. Tengo que volver, y cuando lo haga volveré a probar las pastas de canela. Hasta entonces le pediré a Ángeles que me las haga. jeje.
ResponderEliminarBesos
hola Milerendos,
ResponderEliminarqué viaje por Estocolmo tan apetecible, a ver si nos lo contais en directo, mua,
Txell
Pues espero que pronto guapisima¡¡
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