Mientras paseas por el puerto de Eminonu, constantemente oyes un reclamo: Bósforus, Bósforus...Se trata del hombre que avisa del crucero por el Bósforo.
El Bósforo ("garganta" en turco) es un estrecho que comunica el Mar de Mármara al sur y el Mar Negro al norte y separa Europa de Asia. Tiene una longitud de 33 km. y una anchura que varía entre los 700 m. y los 3,6 km. Cuando hice la entrada sobre Beyoglu incluí algunos mapas.
Existen diferentes excursiones por el Bósforo. Nosotros escogimos la corta, la que solo te lleva hasta el puente del Bósforo y luego regresa a Eminönü. Existen dos compañías que hacen ese trayecto, una a cada lado del puente Gálata. La primera que encuentras hace un recorrido de 1 hora por 10 LT, aunque al final el recorrido se alargó a más de hora y media. No salimos hasta que no consideraron que el barco estaba lo suficientemente lleno.
Existen otras opciones, ya sea de viajes organizados, o excursiones que te llevan más allá del puente, pero como no las llevamos a cabo, nada puedo decir de ellas. Sin embargo, son interesantes para poder ver los Yalis. Se trata de villas elegantes que se construyeron a orillas del Bósforo a finales del s. XVII los pachás, grandes visires y otros ciudadanos distinguidos del Estambul otomano como residencias de verano. En esta excursión corta el único que puede llegar a verse es el de Fethi Ahme Pasa.
Transbordador |
El barco se dirige primero a la costa europea, bordeando Beyoglu.
Torre Gálata |
Mezquita de Nusretiye tras el museo de Arte Moderno |
Museo de Arte Moderno: Istambul Modern |
Mezquita Dolmabahce |
La mezquita junto al palacio se terminó al mismo tiempo que el palacio del mismo nombre, en 1853.
Palacio de Dolmabahce |
Poco a poco iba anocheciendo.
Después de algún hotel de lujo aparece el palacio Ciragan:
El palacio data de 1874, pero sufrió un incendio y tuvo que ser reconstruido en 1910. Ahora es un hotel de lujo.
Al poco ya llegábamos a Ortaköy.
Mezquita de Mecidiye tras los andamios |
Dado que a Ortaköy volvimos el domingo por la mañana hago aquí un paréntesis temporal.
Para llegar hasta Ortaköy decidimos coger el tranvía hasta la última parada (Kabatas) y de ahí cogimos un bus (hay varios que llegan a Ortaköy: 25E, 22). Llegamos a las 10 de la mañana y todavía estaba todo muy parado.
Ortaköy, situado a los pies del puente del Bósforo, es un arrabal que conserva un ambiente provinciano. La vida gira alrededor de Iskele Meydani, la plaza que hay junto al muelle. Ortaköy es famoso por su animado mercado de los domingos (dura todo el día), durante el cual las calles se llenan de gente. También hay muchos bares y cafés muy animados.
Tras tomarnos una cerveza comimos una de esas patatas que rellenan de todo:
Después de este flashforward volvemos al barco que en esos momentos llegaba hasta el puente del Bósforo y viraba acercándose a la costa asiática.
Este fue el primer puente que se construyó que cruza el estrecho del Bósforo y que conecta los barrios de Ortaköy y Beylerbeyi. Se conoce como puente Atatürk y se terminó el 29 de octubre de 1973, en el 50 aniversario de la instauración de la República Turca.
Pasamos frente a Uskudar y la torre de Leandro.
La pequeña torre blanca es uno de los elementos más emblemáticos del Bósforo. En el islote donde se levanta esta torre, del s. XVIII, hubo una fortaleza bizantina del s. XII, mandada construir por Manuel I Comneno. La torre se ha usado como centro de cuarentena durante una epidemia de cólera, como faro, como puesto de aduanas y como punto de peaje marítimo. Ahora es un restaurante y club nocturno.
Pero volvamos a hacer un viaje temporal y nos situaremos en el lunes por la tarde, el día antes de regresar:
(Lunes 30/0712 tarde-noche)
Esa tarde decidimos coger un ferry y cruzar el Bósforo hasta la zona asiática. Para ello fuimos al puerto de Eminonu desde donde parten diferentes transbordadores. Estos ferrys son como autobuses marítimos, por lo que no son tan caros como el crucero (solo lo que vale un billete individual 2 LT) y tienen una frecuencia mayor. Lo que pasa es que hay tantos y van a tantos destinos que, a pesar de tener el horario en nuestras manos no siempre nos aclarábamos. Lo que hicimos fue coger el ferry que iba hacia Harem (al menos las casetas que han puesto dejan claro el destino). Los ferrys son enormes y también sirven como transbordadores para vehículos. Hay que pensar que mucha gente que vive en Ásia igual trabaja en Europa o viceversa.
Cuando llegamos a Harem fuimos paseando por la orilla hasta llegar frente a la torre de Leandro.
Allí esperamos a que se pusiera el sol, ya que desde ese punto pueden verse una de las vistas más hermosas de Estambul.
El nombre turco para la torre es "de la Doncella", en recuerdo a la princesa que confinaron en este lugar para evitar que se cumpliera el vaticinio de un augur: predijo su muerte por mordedura de serpiente. Finalmente la serpiente entró en una cesta de higos; la mordedura fue mortal.
El nombre europeo se refiere al mito de Leandro, que cruzaba a nado todas las noches el Hellesponto para ver a su amada Hero.
Según explica Orhan Pamuk en su libro de memorias "Estambul": "Frente a la derrota, al desplome, a la opresión, a la amargura y a la pobreza que pudren por dentro la ciudad, el Bósforo está unido en lo más profundo de mi mente a sensaciones de unión a la vida, de entusiasmo por vivir y de felicidad. El espíritu y la fuerza de Estambul le vienen del Bósforo". Yo aún diría más, el Bósforo es su razón de ser. También nos explica Pamuk que desde la ventana de su casa se dedicaba a contar petroleros, lo que nos da una idea de la importancia estratégica del estrecho. Estos barcos traían su preciado cargamento desde los países del este y lo distribuían al resto de Europa.
Va siendo hora de regresar al bullicio de la ciudad, pero todavía nos queda el viaje de vuelta. Desde la zona asiática lo hicimos desde Üskudar. Llamado en otra época Scutari por el palacio de Scutario del s.XII, Üskudar es un barrio que data del s VII a.C. y del que partían las rutas comerciales bizantinas que se internaban en Asia. Actualmente es famoso por sus numerosas mezquitas clásicas.
Mezquita de Semsi Pasa y radar náutico |
La llegada a puerto pudo ser la misma en este día que en el que hicimos el crucero. Volvíamos al caos, a la noche de Estambul.
Continuará...
un post fantastico pero unas fotos maravillosas y enormemente llegan a la vista con una claridad excepcional
ResponderEliminarpara mi gusto, un excelente ;)
saludos!
Gracias Jordi. Le he hecho caso a Ángeles y hemos puesto las fotos a mayor tamaño. Ahora se ven mejor.
EliminarUn abrazo.
Que maravilla de fotos! Como han cundido tus cursos y salidas fotograficas...
ResponderEliminarDa gusto recordar ese maravilloso paseo en barco por el Bósforo con esas imagines...
Saludos.
Gracias Guaci. La verdad es que los paseos por el Bósforo son muy relajantes. Supongo que es el sonido del agua al chocar con la embarcación y que la gente parece un poco más relajada y el bullicio está lejos...un auténtico placer. Si viviera en Estambul sé que haría a menudo.
EliminarBesos
Solo viendo las fotografías ya se ve lo bien que lo pasa la gente en estos viajes, sin duda unos días para desconectar y disfrutar del paisaje y de la compañía, me lo apunto!
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