El pasado viernes fue uno de esos días como a mí tanto me gustan: completitos, cargados de actividades, sin posibilidad de aburrirse ni un instante. Eso sí, haciendo cosas que me gustan.
Por la mañana retomé mis paseos por Barcelona fotografiando aquellas cosas curiosas que alimentan mis posts. Y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, fui a una tienda de comida vegana en la calle Mallorca 330 cerca de Diagonal, a comprar provisiones para el verano.
Al poco de llegar a casa, mi amigo M me llamó para ir a comer por ahí. Esta vez decidimos ir de tapas al restaurante Maitea de la calle Casanova, 157 entre Córcega y París. Aunque las tapas no son veganas, hay una gran variedad de tapas vegetarianas, todas exquisitas.
A continuación decidimos ir al museo de Historia de Barcelona. La última vez que fuimos a ver la exposición en el Saló del Tinell, nos quedamos con las ganas de ver juntos el resto del museo, por lo que ahora hemos regresado. Lo curioso es que en esta ocasión sí que estaba permitido hacer fotos (con lo bien que me hubiera ido cuando fui para preparar la entrada sobre Barcino). Bueno, os dejo ahora esas fotos y uno de los vídeos que también pueden verse en el museo.
En la tienda del museo hice una nueva adquisición: Drakcelona. Ciudad de dragones, el libro de Josep Martínez en el que se recopilan fotografías de 500 dragones repartidos por toda la ciudad.
Al salir del museo fuimos a tomar un batido de frutas que nos revivió, después del calor que habíamos pasado dentro.
Por la noche, tenía una cita con el teatro. Pero ésto dejaré que lo explique Ángeles...
Pues sí, un día completísimo, desde luego. Y qué buen pinta tienen esos montaditossss!!
ResponderEliminarBesos
Hola Elvira, qué rápido has leido el post :o La verdad es que las fotos no me quedaron muy bien. Pero los montaditos están mucho mejor.
ResponderEliminarBesos
Que buena pinta tienen esas tapas!! Ángeles con sus nuevos quehaceres (que espero que haga una entrada dedicada a ellos) tiene un poco abandonado el blog... :)
ResponderEliminarUn día buenísimo por lo que veo. Me encanta ir al Museo de Història de la Ciudad, he ido tantas veces que casi podría hacer de guía e incluso trabajé una breve temporada en la tienda cuando se convirtió, sobretodo, en librería... Vamos, como una segunda casa ;)
ResponderEliminarLo mío no es la comida así que los comentarios sobre el tema alimenticio me los guardo...
Besos y ánimos para Angeles, que nos explique el teatro y esos nuevos quehaceres.
Qué día tan estupendo..., sobre comida, soy normal y corriente. Me suena algo de comida vegana pero no sé con certeza de qué va ¿no comer todo lo que venga de seres vivos?
ResponderEliminarEl Museo de la ciudad me encanta, aunque hace tiempo que no he vuelto.
Hoy voy también al teatro... hmmm... será la misma obra??
Un abrazo!!
Hola!!!! Cuantos días sin tener noticias tuyas (ahora he visto que, sin saber como, se me había escapado el anterior post). Me alegro mucho de verte otra vez por aquí y, como siempre, envidia por tus jornadas de museo y restaurante!!!
ResponderEliminarUn abrazo para ti y otro para Angeles.
Hola Mar, pues sí ya sabes cómo es Ángeles, cuando le da por algo pierde el resto de vista. La entrada del teatro la hará ella sí o sí.
ResponderEliminarHola littleEmily, yo hacía tiempo que no iba, pero últimamente me ha dado por ir a este museo. Supongo que mi creciente interés por todo lo relacionado con Barcelona tiene que ver. En cuanto a los nuevos quehaceres, bien podría hacer una entrada para que os lo muestre, pero es reticente.
Hola Laura, pues lo de la comida vegana es todo aquello que no tenga origen animal, así que también se excluyen los huevos y la leche. A mí me cuesta seguir este tipo de dieta, así que me declaro ovolactovegetariano, pero siempre que puedo me decanto por lo vegano. Ya nos contarás tu visita al teatro.
Hola Marta, pues sí, hacía unos días que no nos pasábamos por los blogs, pero ahora ya dispongo de tiempo libre para hacer cosas, y luego explicarlas aquí.
Un beso a todas