Para empezar, la amenaza de los Juegos Olímpicos se cernía en el horizonte...vale, lo siento, lo único que me gusta del evento, y dependiendo de la sede, son las ceremonias de inauguración y clausura. Para mí ver deportes es tan apasionante como ver crecer tomates en tiempo real.
La alternativa a tanto deporte ha sido la lectura y ver de manera compulsiva la serie "Modern Family". Ya había visto anteriomente muchos capítulos, pero este mes los he visionado todos de una manera voraz. Supongo que casi todo el mundo la ha visto o sabe de que va, pero si alguien no lo ha hecho no sé a qué espera, es de las series más divertidas del panorama televisivo ¡Ese Cameron tan histriónico y adorable ! Bueno, todos los personajes están muy bien, como curiosidad, el niño que hace el personaje de Luke, y hace de crío un poco tocho, en la vida real es muy inteligente y va varios cursos por delante de lo que le correspondería.
En cuanto a la lectura, ha habido mucha, pero como se me da fatal hacer reseñas, pondré únicamente los títulos de los que más me han gustado y un breve apunte de la trama.
"Esnobs" de Julian Fellowes, que es el guionista de Dontown Abbey, me hizo pasar unas cuantas tardes muy entretenidas. Es una mirada divertida de la clase alta inglesa de los años noventa, mordaz en ocasiones y muy esclarecedora de como vive un estrato social tan alejado de la realidad, un mundillo que gira alrededor de las apariencias. Me ha encantado como retrata a sus personajes. Lo han comparado con Jane Austen, aunque no esté totalmente de acuerdo, encuentro que sí que existen algunos paralelismos.
"El libro de la señorita Buncle" ha sido una lectura deliciosa y aquí tenéis una reseña estupenda del libro. Por mi parte diré que si os gustan los libros que transcurren en pueblos de la campiña inglesa, mucho té y costumbrismo típicamente británico éste es vuestro libro.
"Crímenes exquisitos", como puede adivinarse por su titulo, no tiene nada que ver con los anteriores libros. Trata de un asesino en serie, empeñado en escenificar sus crímenes como algunos cuadros famosos, que me mantuvo hasta las tantas leyendo. Puede que sea el típico best seller, pero a mí me gusto, y aviso que tiene escenas bastantes truculentas.
Otro "must" del verano ha sido jugar a Apalabrados. Enrique y yo vamos pasando por diferentes estadios de enganche. Yo juego mas bien mal y él demasiado bien, así que no jugamos el uno contra el otro. Si alguien quiere jugar con él, aviso que es implacable y no para hasta ganar. Yo, sin embargo, lo que tengo es muy mal perder. Pero lo que me fastidia mucho más que perder, es la cantidad de trampas que se pueden hacer, programas de búsqueda de palabras y más cosas que han ido saliendo para los ceporros que no saben jugar limpio y disfrutar de algo divertido sin engañar. Lo dicho, una lástima, que supongo hará que finalmente lo aborrezca.
Y ahora hablemos del culebrón del verano, ese eccehomo que ha rellenado los noticiarios de agosto y que, declaro, es la noticia mas tonta en años, vamos, casi como ver ovnis, al lagarto del lago Ness, o comer cien hamburguesas en tres minutos. Eso sí, de todos los fotomontajes vistos, me quedo con los de Paquirrín y el de la Duquesa de Alba, aunque con éste último no estoy segura de que no vaya a tener pesadillas, fijo. ¿Y por qué nadie dice que es igual que el pingüino de La película "happy feet"?
Creo que cada vez soportamos menos el calor, con los picos que ha habido nos hemos recluido en casa con el aire acondicionado y con un refresco a mano. Este año nuestra bebida de moda ha sido el mojito, que confieso que no había probado antes y que me ha gustado mucho. Alguien pensará que he descubierto la sopa de ajo pero, como ya he dicho en otras ocasiones, no me gusta el alcohol, pero el mojito no es que esté bueno, es que está rebueno.
Y ya para acabar, os dejo un vídeo muy chulo de una famosa película de Hitchcock hecho en time lapse, que escenifica a la perfección el ambiente veraniego de una gran ciudad, cuando abrimos todas las ventanas y balcones de nuestras casas, nos aligeramos la ropa y miramos y somos mirados.