Cuando relacionamos al caracol con el entorno urbano, lo primero en lo que se piensa es en estructuras espirales tales como escaleras de caracol o rampas helicoidales que, por cierto, ya han aparecido en varias ocasiones en el blog: como cuando visitamos la Torre de Aguas de Catalana de Gas; o en la galería Vivienne de París; o en el Banco Atlántico; o en el Palau Güell. Y, hablando de Gaudí, sabemos que el arquitecto catalán era un entusiasta de la espiral ya que solía inspirarse en la naturaleza. ¿O era la naturaleza la que se inspiraba en Gaudí?
No olvidemos que, gracias a él, el Paseo de Gracia está plagado de espirales que recuerdan caracolas marinas. Ver: Paseos Curiosos por Barcelona (20ª parte)
Pero, incluso, algunas formas espirales pasan prácticamente desapercibidas a no ser que tomemos otro punto de vista como el que nos ofrece google maps. Se trata del parque del caracol de Horta.
Un parque bastante desconocido que descubrí gracias a Andrés de APU Barcelona Veodigital.
La espiral de la concha del caracol es una característica que este animal no solo comparte con escaleras o rampas, si no también con numerosos patrones helicoidales que encontramos en la naturaleza, la mayoría de ellos relacionados con el famoso número áureo. En futuras entradas me centraré en este otro aspecto de la espiral. Ahora, sin embargo, vamos a centrarnos en las representaciones del caracol como animal.
Castell dels Tres Dragons.
El castillo de los Tres Dragones, que se encuentra en el Parque de la Ciudadela, es obra de Lluís Domenech i Montaner y posee en todo el perímetro superior una serie de escudos cerámicos pintados en azul sobre fondo blanco. Algunos de estos dibujos tienen un claro carácter publicitario en referencia a los productos que se podían consumir en su interior y es que tan singular edificio se construyó para albergar el café-restaurante de la Exposición Universal de 1888. Joan Llimona y Alexandre de Riquer fueron los encargados de dibujar los cartones de los escudos, pero al no colocarse todos inicialmente, los siguientes se emplazaron cuando la función del edificio era ya la de Museo de Biología, por lo que éstos últimos hacen referencia a la flora y la fauna. En 1927 los dibujos corresponden a Pius Font i Quer y a Joan Baptista Aguilar-Amat. Como no, entre ellos podemos encontrar a un espécimen de caracol. (Rossend Casanova. Els referents estilistics de Lluís Domenech i Montaner i les seves confluencies al Museu d'Història.) En este enlace de Barcelona Modernista i Singular encontrareis las fotografías de todos los escudos.
Fachada del Paseo Picasso |
¿Y dónde están los tres dragones? No los busquéis en el edificio ya que no los encontraréis, pues el origen del nombre le viene por la semejanza con el castillo de la popular obra cómica del teatro catalán del mismo nombre que escribió Frederic soler bajo el pseudónimo de Serafí Pitarra. Actualmente, existen tres dragones (más parecidos a lagartos que al ser mitológico) junto a un lago y surtidor, para justificar el nombre o como homenaje al mismo.
Como nos encontramos en lo que hasta 2010 alojó las colecciones de zoología del Museu de Ciències Naturals, (actualmente alojadas en el Museu blau del Forum) explicaré que los caracoles son moluscos gasterópodos provistos de una concha espiral y que se desplazan gracias a lentas contracciones de su pie musculoso y a la mucosa que segregan para evitar la fricción. La famosa baba de caracol rejuvenecedora, portadora de alantoína, pero en concentraciones tan bajas que no serviría de nada pringarse la cara de baba. De caracoles los hay marinos, dulceacuícolas y terrestres. Son hermafroditas, pero no pueden autofecundarse por lo que necesitan acoplarse dos individuos. Los primeros gasterópodos marinos que aparecen en el registro fósil son del Cámbrico. En el hall de la Illa podemos encontrar un posible fósil de gasterópodo del Mioceno. (Guia Fòssils urbans. Barcelona. Anna Cornella i Solans)
Los caracoles en la restauración.
Las conchas de los moluscos son muy apreciadas por los coleccionistas, pero además existe toda una cultura gastronómica relacionada con los caracoles. Es por este motivo que también podemos encontrar imágenes de caracoles en los reclamos de algunos restaurantes.
C/Comte d'Urgell, 17 |
Y yo me pregunto: ¿quién fue el primero que decidió comerse un caracol? Restos fósiles demuestran que ya en la edad de Bronce se consumían estos gasterópodos. El caso es que, a pesar de su flácido y espumoso aspecto, es un manjar que los romanos incluso cultivaban en los cochlearia, para su posterior ingesta. Actualmente, las especies comestibles rondan la veintena, siendo la más popular la del genero Helix que se cocina de diversas maneras: horneados con mantequilla y perejil, con salsas, etc. Pero, siempre es necesario purgarlos, lavarlos y cocerlos correctamente para evitar subsecuentes problemas. No olvidemos que los caracoles son vectores de parásitos.
En el frontal de la cafetería Estruch de la Avenida de la Catedral número 3, podemos ver un relieve, de autor desconocido, en el que se disponen diferentes manjares: langosta, jabalí, conejo, ostras, codorniz, salmón.
Y, cómo no, un caracol.
Pero, si hay un restaurante de fama internacional, éste es el restaurante Los Caracoles. De hecho, en mi reciente visita forzada a Brighton, uno de los recepcionistas de cierto hotel me dijo que lo que más le impactó de sus vacaciones por España fue el restaurante Los Caracoles. Todo un clásico en la restauración barcelonesa.
Palau Macaya.
Los caracoles tienen, en las diferentes culturas, varios significados; pero muchas los asocian con la lentitud. Este es el significado que posiblemente se le da a la representación que podemos ver en los arcos de la entrada al Palau o casa Macaya del Paseo Sant Joan número 108. Ver: 48 H Open House BCN: Casa Macaya y Paseos Curiosos por Barcelona (4ª parte)
Eusebi Arnau contrapone la lentitud del transporte en burro simbolizado por los caracoles a la velocidad de los nuevos tiempos representadados por la bicicleta que conducía el propio Puig i Cadafalch, arquitecto del edificio.
También en el patio interior, en los laterales de la escalera que da acceso a la planta noble, puede verse la imagen de otro caracol.
Sin embargo, en este caso, lo más probable es que este ornamento forme parte de la serie de imágenes que decoran el resto de la gualdera y que hacen referencia a cuentos o leyendas populares.
Pero como reprochar al caracol su lentitud si siempre lleva la casa a cuestas. Extraído de Autoliniers.
Recinto modernista de Sant Pau.
La lentitud puede ser la interpretación que se dé a los dibujos del restaurado Recinto Modernista de Sant Pau. La velocidad de la liebre o la habilidad del mono en contraposición a la exasperante lentitud del caracol.
Caracoles en los logotipos
Y es que, ¿quién utilizaría al caracol como logotipo para su empresa, siendo éste un símbolo de la lentitud? A ninguna empresa les gustaría que los asociaran con esta característica tan poco recomendable para un negocio. Pues yo he encontrado una:
Se trata de uno de los más antiguos trenes de lavado de Barcelona amenazados por el avance de la Sagrada Familia (otro ejemplo de lentitud, sin duda). Dado que se trata de un túnel de lavado y puesto que el caracol aparece cuando llueve, es posible que se lo haya relacionado con esta característica común entre caracoles y vehículos que pasan por el servicio de limpieza. Además, los coches suelen circular con lentitud en el interior del tren y una vez que salen relucen como el sol. Tras la tempestad siempre viene la calma.
Catedral de Barcelona.
Pero olvidamos otra característica anatómica de los caracoles, sus cuernos. Los tentáculos que albergan los ojos han dado pie a una leyenda acerca de los caracoles que podemos encontrar en la catedral.
Según la leyenda la imagen del caracol representa los cuernos que el maestro de obras puso simbólicamente a su mujer infiel, aunque serían más plausibles otras interpretaciones, como la de recordarnos la plaga de estos animales que sufrió la ciudad durante la construcción del edificio, o que servían para indicar las localizaciones de las escaleras de caracol. (Volvemos al inicio del post).
Passeig Lluís Companys
Y es que no siempre se relaciona al caracol con aspectos negativos, por ejemplo, en la cultura azteca era el dios de la Luna, por aquello de que salían de noche, y por su concha en forma espiral, la masonería podría considerarlos un símbolo de buena suerte ya que las escaleras de caracol es un emblema masónico muy utilizado en las catedrales construidas bajo su mano.
Las Casas de los caracoles. C/Tamarit, 89 y C/Entença 2.
Si en algún lugar el caracol es el auténtico protagonista es en este edificio. Os reto a que vayáis a la confluencia entre las calles Tamarit y Entença y que contéis cuántos caracoles hay en su fachada.
Eso sí, buscadlos en las puertas:
En las ménsulas de los balcones:
En las barandillas de hierro:
Se trata de dos personas que esperan que una tercera salga de una gruta a la que había entrado en busca de caracoles. Cuenta la leyenda que toda la decoración del edificio es un homenaje al caracol en agradecimiento por la suerte que dos ancianos pobres tuvieron al encontrar un caldero lleno de monedas en una cueva cuando lo que buscaban eran solo caracoles. Los ancianos encargaron entonces la construcción de este par de casas completamente decoradas con caracoles. No olvidemos que, cuando el edificio se construyó, a finales del siglo XIX, todo aquello eran campos y chabolas. La gente que vivía ahí era pobre y solían salir en busca de setas, hierbas aromáticas, espárragos y, por supuesto, caracoles. Ver: Barcelona modernista i singular: les cases dels cargols. Y no es ésta la única Casa dels Cargols, también en Hospitalet de Llobregat tenemos su homóloga.