Las placas de Barcelona, a diferencia de otras localidades, se caracterizan por su sobriedad, sin embargo, y teniendo en cuenta los 4427 nombres que podemos encontrar en nuestra ciudad (según la tercera edición del "diccionari nomenclàtor" publicado por el Ajuntament de Barcelona), resultaría extraño no encontrar algún error, alguna anécdota o curiosidad.
Al plantearnos estas entradas disponíamos de diferentes opciones de presentarlas: podíamos organizar las placas por orden alfabético, por orden cronológico o histórico, por distritos...pero finalmente optamos por la solución más cómoda: por desorden. De esta manera, aunque posteriormente descubramos nuevas placas dignas de ser incluidas, podrán añadirse sin problema.
Por otro lado, soy consciente de que éste puede ser un tema polémico. En él se mezclan asuntos políticos, históricos, personales...no en vano, como dice Sánchez Costa "los nombres de las calles de una ciudad tejen un complejo tapiz de memoria". Pero, normalmente una memoria sesgada y, en algunos casos, una mala memoria.
Arrancaremos con el uso de la preposición "de". Según la página del Ayuntamiento
http://www.bcn.cat/nomenclator/ el uso de la preposición nunca ha sido muy riguroso, lo que ha dado lugar a confusiones por la diferente interpretación que se puede dar al nombre según lleve de, del, d'en... Aunque esto se ha intentado solucionar, un exceso de celo preposicional ha llevado a encontrarnos con una placa como esta:
Esta placa se encontraba en la esquina con el Carrer de Còrsega. Hablo en pasado porque ya ha sido substituida por esta otra:
También se ha tratado de cuidar la ortografía. En el caso de la tilde en las mayúsculas se nos dijo que no era necesaria, por eso encontramos placas sin ella:
Mientras que a unos metros de distancia aparece la placa correctamente acentuada:
Como acabamos de ver es habitual encontrar todavía algunas placas en castellano junto a las más habituales. Ya vimos un ejemplo cuando hice la entrada del Passeig de Gràcia:
Curiosamente en este caso ambas están correctamente escritas dado que en castellano no lleva tilde y en catalán sí.
Aunque en la introducción de la entrada afirmábamos que reinaría la anarquía, existe un orden oculto en los tres primeros ejemplos. Solución: Enrique Camós Gracia (coautor del blog Milerenda).
Normalmente las placas están realizadas en mármol pero cuando se cubre una fachada para ser restaurada se imprime sobre la lona el rótulo de la calle, aunque no siempre con demasiado acierto:
Como decíamos, las placas son normalmente de mármol, como se trata de un material relativamente caro, cuando en 1980 se cambiaron las antiguas placas que habían vivido la dictadura, algunas se reutilizaron:
Gracias a que se situó sobre una pared horadada, puede verse donde había estado anteriormente esta placa:
Concretamente en la calle Francisco Tárrega (actualmente Francesc Tàrrega) en Sant Andreu. Por cierto, en la misma foto una placa metálica con el nombre de la calle con la que se cruza: Buenos Aires.
La substitución de placas ha llegado hasta nuestros días. Recientemente, esta placa:
Ha sido substituida por otra mucho más austera:
¿Por qué? Argumentos como que era de bajo interés patrimonial o que llevaba a la confusión (¿quién no conoce la plaça de Sant Jaume?) lo que consiguen es desvanecer parte de esa memoria que mencionábamos al principio y a los Cazadores de Hermes contar con un caduceo menos.
Más información en: "La Barcelona d'Hermes"
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Continuará...
Hay algunas que tienen su gracia.
ResponderEliminarSalut
¿Verdad que sí Miquel?
EliminarUn saludo
Hola Enrique,
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu última entrada. Demuestra que eres un buen observador.
Un abrazo
Gracias Maite. Ya sabes que siempre voy mirando hacia todos los lados y muchas veces la pereza de sacar la cámara de fotos me impide captar más cosas de las que veo.
EliminarUn abrazo